Ancianos y enfermos

La atención espiritual a los ancianos y enfermos es prioritaria.

Visitamos a los enfermos en sus domicilios y les llevamos la comunión habitualmente todas las semanas y puntualmente cuando se nos pide; también, con menos frecuencia, les visitamos en hospitales y residencias.

Los ministros de la comunión pueden llevar la comunión todos los domingos a quienes lo deseen.

No queremos que los ancianos y enfermos se vean privados de los sacramentos ni distanciados de la vida de la comunidad parroquial.