Blog del párroco
Solemnidad de la Natividad del Señor. Misa de Nochebuena. 
viernes, diciembre 24, 2010, 12:33 AM - Comentarios a las Lecturas
NATIVIDAD DEL SEÑOR (25 de diciembre)
Misa de medianoche

1ª Lectura: Isaías 9, 2-7. Un hijo se nos ha dado

Salmo 95. Hoy nos ha nacido un salvador: el Mesías, el Señor.

De S. Pablo a Tito 2, 11-14. Ha aparecido la gracia de Dios para todos los hombres.

Lucas 2, 1-14. Hoy os ha nacido un Salvador.

El anuncio del ángel a los pastores “No temáis, os traigo la buena noticia, la gran alegría para todo el pueblo: hoy… os ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor” sigue resonando hoy en todas las personas, en todos los rincones del mundo, creyentes y no creyentes, justos e injustos, sanos o enfermos. Tenemos un salvador, que es Jesucristo. El ser humano, por grande que sea su miseria y difícil su vida, tiene salvación.
“Ha aparecido la gracia de Dios que trae la salvación para todos los hombres” nos anuncia la segunda lectura.
“Ahí tenéis la señal, un niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”
Este niño, su nombre es Jesús, “Dios salva” y es Emmanuel”, Dios con nosotros, entre nosotros y en nosotros.

Viene para recuperarnos como hijos de Dios, “enseñándonos a renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos y a llevar ya desde ahora, una vida sobria, honrada y religiosa…dedicados a las buenas obras”
Viene para que salgamos de la oscuridad de vivir en la increencia: “el pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande…” y para que no vivamos en la lejanía de Dios.
Viene para liberarnos de la dureza de corazón que deja en nosotros los fracasos, las codicias, los sufrimientos de la vida.
Viene en la noche para entrar en todas las vidas que estén sumidas en la desesperanza, en la enfermedad, en la pobreza, en las adicciones, en la falta de libertad, en la soledad, en los fracasos, los miedos.

Viene en la desnudez y en la pobreza, para que nos despojemos de nuestros egoísmos, de nuestra autosuficiencia, para ser él sea nuestra riqueza, para que encontremos en él nuestra seguridad y nuestra fuerza.

Viene lleno de amor, porque solamente así podemos acercarnos de verdad a los demás y hacer el bien; porque solamente cuando amamos vivimos nuestra más profunda verdad y nos acercamos a Dios que es amor infinito, total, enriquecedor y misericordioso.

Nochebuena y Navidad son tiempo de contemplación del amor salvador de Dios.
Es noche y día de escuchar el anuncio de salvación y de trasmitirlo a los hermanos.
Es tiempo de mirarnos a nosotros y de ver lo que queda del niño que fuimos, en nuestra capacidad de amar, de confiar, de ilusionarnos, de sentir la necesidad de los hermanos, de vivir en sencillez.

Dios quiera que este Niño, luz verdadera, amor entregado, Dios entre los pobres…nos purifique el corazón para que creamos, con todas las consecuencias en la dignidad de todo ser humano, para que hagamos nuestro su sufrimiento (eso es “encarnarse”), para que nos comprometamos con la causa de todo ser humano que nos necesite en este tiempo de tantas nuevas formas de esclavitudes.

Este Niño vino a los suyos y muchos no lo recibieron. El seguirá viniendo.
A quienes lo reciben les da el ser hijos de Dios si creemos en su Nombre. ¡Feliz y fiel navidad!

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