Blog del párroco
SOBRE LA PARROQUIA- 1 
martes, mayo 1, 2012, 10:46 AM - Otros
SOBRE LA PARROQUIA. 1 (1 de mayo de 2012)

Nuestra Parroquia está dedicada a la Virgen María, con el título de Ntra. Sra. del Remedio. Este título daba nombre a la zona donde se creó, procediendo de un antiguo convento de religiosos trinitarios.

La parroquia no es un templo más, de los que puede haber en una ciudad o pueblo. Hay templos, capillas, conventos, ermitas, santuarios…La parroquia es en territorio; es la circunscripción territorial básica de la organización de la Iglesia. En el diccionario pone que la parroquia la forman los “parroquianos”, y se entiende así a los “clientes” habituales de una tienda, de un establecimiento público, de una iglesia…pero una parroquia es mucho mas, es otra cosa.

La parroquia la formamos un conjunto de personas que compartimos la misma fe cristiana y católica, que residimos en una demarcación determinada y que formamos una comunidad.

Esta es la mejor manera de definir la parroquia: una comunidad formada por un conjunto de personas que compartimos la fe en Dios y en Jesucristo, que hemos sido bautizados, que formamos parte de la Iglesia en un determinado territorio, en torno a un sacerdote, el párroco. Puede ser, como ya decíamos, que dentro del territorio haya otros centros de culto (oratorios en casas particulares, capillas de comunidades religiosas, colegios u otras instituciones…que incluso tengan celebración de la eucaristía diariamente) pero la parroquia es el lugar de referencia.

En la demarcación parroquial, el lugar principal el templo, la iglesia donde nos reunimos los cristianos para celebrar la fe. También se hacen otras muchas actividades, en otras dependencias unidas al templo y que corresponden a su misión. Y en domicilios particulares y otros lugares.

La parroquia no es una comunidad aislada. Forma parte de un arciprestazgo (el nuestro es “Santo Tomás de Villanueva”), de una Vicaría (la nuestra es la 1ª) y de una diócesis, la de Valencia, presidida por un Obispo (aquí se le dice Arzobispo, porque Valencia es el centro de una provincia eclesiástica).

La parroquia la formamos todos los que la integramos y que compartimos una misma fe y un mismo bautismo. El responsable es el párroco, enviado por el obispo para servir a la comunidad por un tiempo, para presidir la celebración de los sacramentos, evangelizar y animar al ejercicio de la caridad coordinando y uniendo y animando el trabajo de todos. A veces puede ser ayudado por algún sacerdote, vicario o adscrito, algún diácono o religiosos y religiosas que pueden ayudar en el trabajo pastoral. Pero sobre todo es fundamental el trabajo de los laicos, en el compromiso de sus vidas familiares y profesionales y comprometidos en muchas y distintas misiones parroquiales o tareas ciudadanas. Así se vive el compromiso del bautismo y se expresa que la parroquia es una comunidad cuya misión de enseñar, santificar y animar a la caridad la compartimos todos, presentes en nuestra sociedad.

Las celebraciones son el centro de la vida de la comunidad: las eucaristías de los domingos y de los días laborables; los sacramentos de iniciación cristiana, bautismo-confirmación-eucaristía; los sacramentos sanantes, penitencia-unción; los de servicio y crecimiento de la comunidad, orden (el obispo)-matrimonio; las exequias de difuntos, los encuentros de oración…la parroquia es “la otra casa” de cada feligrés donde resuena y se celebra la vida de cada miembro. Todas las celebraciones nos hacen sentirnos acompañados, hermanos entre nosotros e hijos de Dios.

La parroquia se preocupa de la formación cristiana. De niños y jóvenes antes de la celebración de los sacramentos y de todos, para profundizar en la fe y encontrar respuestas a los interrogantes que nos plantea la vida. En repetidas ocasiones Benedicto XVI ha manifestado su preocupación ante la poca formación de los cristianos, provocando el vivir de subjetivismos y relativismos. La formación nos ayuda a crecer y a mantenernos en la verdad. Hoy necesitan mucha formación los jóvenes, los matrimonios, los adultos…los sacerdotes debemos cuidar la formación permanente. Los movimientos, órdenes religiosas y actividades promovidas a nivel diocesano…están ayudando mucho.

Pero todo nos lleva al servicio a los demás, especialmente a los más necesitados. Vivir la caridad siempre exige en la comunidad crecer en sensibilidad, en compromiso y en imaginación para procurar nuevas formas de ayuda. Directa y discretamente ante necesidades cercanas; coordinados con otras instituciones arciprestales y diocesanas; unidos a proyectos internacionales; colaborando con cualquier institución que de manera eficaz afronta algunos problemas de los hermanos…la expresión de la fe es la caridad, y no podemos quedarnos en voluntarismos ni en propósitos píos; tampoco en particularismos de pobres “nuestros”. El que más sufre es nuestra prioridad y urgencia. La sociedad es campo de trabajo de cada comunidad cristiana y de la Iglesia en general.

Cada uno puede vivir la fe con más o menos fervor, intensidad o sentido de pertenencia, pero ser cristiano, saberse y sentirse iglesia de Jesucristo supone vivirlo y testimoniarlo. La parroquia, la comunidad cristiana, tiene que ser Cristo en el hoy del mundo, por eso, simultáneamente, tiene que mirar a Cristo en el evangelio para asemejarse a él, y al hombre para servirlo y salvarlo, a nivel personal y como comunidad cristiana, que nos arropa y apoya en unas ocasiones y en otras nos potencia haciendo más eficaz nuestra ayuda.

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