Blog del párroco
MISA DE MEDIANOCHE. (24-12-2012) 
domingo, diciembre 23, 2012, 11:55 PM - Comentarios a las Lecturas
NAVIDAD. MISA DE MEDIANOCHE

1ª Lectura. Isaías 9, 2-7. Un hijo se nos ha dado.

Salmo 95. Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor.

2ª Lectura. De S. Pablo a Tito 2, 11-14. Ha aparecido la gracia de Dios para todos los hombres.

Evangelio. Lucas 2, 1-14. Hoy os ha nacido un Salvador.

Es Nochebuena porque celebramos el Nacimiento del Señor, su presencia en medio de nosotros; en el credo confesamos: “Por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo”.

Esta es la noticia que en la primera Navidad escucharon los pastores. Y es, la gran noticia, que en esta noche escuchamos tambien nosotros: “Hoy, en la ciudad de David, os ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor; y aquí tenéis la señal, encontrareis un niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre”.

Dios se ha hecho hombre y quiere iluminar nuestras tinieblas; su Palabra se hace vida, y en ella encontramos el ejemplo y el camino para realizarnos como personas, ser felices y hacer el bien.
Dios se ha hecho hombre y así eleva nuestra dignidad, ya que es uno de los nuestros. El, que nos creó a su imagen, hoy se ha hecho a nuestra imagen; se hace hombre para que nosotros seamos dioses. Cristo, imagen del Padre es manifestación de nuestra dignidad de hijos.

Y este anuncio se hizo a los pastores, a los pobres que velaban en la noche. Y se llenaron de luz, de alegría, de deseos de compartir y de necesidad de adorar. Hoy se nos hace a nosotros, ¡tan necesitados de buenas noticias! que podemos vivir inmersos en otras muchas sombras y oscuridades.

Cuando el hombre prescinde de Dios, camina en la oscuridad. La fe nos hace ver en la sombra y comprender en la distancia. El nacimiento del Señor también aviva nuestra esperanza, convirtiéndola en una fuerza que nos ayuda a superar dificultades del camino, nos hace resistentes a las dificultades y nos permite alcanzar todas las metas. La Navidad es un mensaje de amor que nos llena de vida y nos impulsa a amar. Sin amor no sería posible la vida.

Este Niño nos ilumina y nos desconcierta un poco. En Él todo es amor, pero su estilo (el silencio, la sencillez, la pobreza, la paz…) no es el que nos parece más eficaz para competir y triunfar en este tiempo. Podemos pensar que es más eficaz ser duro, que justo y solidario; y que es más importante hablar fuerte y desde foros importantes que decir la verdad; y que está justificado sacrificar lo que sea necesario en función de la propia ganancia, placer o éxito personal. En este Niño encontramos la Verdad de Dios, él es la Verdad.

Hoy necesitamos contemplar el misterio: Nace Dios, se reviste de humanidad, para que formemos parte de su familia, por puro amor. Y esto lo entendieron los pobres. “A cuantos la recibieron (a la Palabra), les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre” (Jn 1, 12).

Contemplar quiere decir admirarnos, agradecer y dejarnos penetrar de este amor, para que toda la luz que es este Niño, nos transforme interior y exteriormente y nos haga semejantes a él.

Este Niño viene a proclamar el valor de la vida humana, desde la concepción hasta la muerte; a ser la voz que defiende a los pequeños y a los pobres de la tierra; a urgirnos a vivir amando a los demás; nos grita desde el silencio que hay que hacerse pequeño, humilde, para comprender las cosas importantes; y que hay que salir de uno mismo para ser felices.

Volver a ser como un niño no es ir hacia atrás; ni es signo de debilidad; es recuperar lo más puro y noble, lo más auténtico de la vida humana.

En Navidad, el mismo Dios, muy pequeño y muy al oído nos dice que pongamos mas corazón en todo, que miremos con una mirada más limpia, que nos interese mas la felicidad de las personas, que no tengamos miedo a acercarnos a los demás haciéndonos pequeños, en silencio, para no atropellar, para no violentar, para no molestar…

¡Feliz y santa Navidad!

Comentarios