Blog del párroco
DOMINGO 10º DEL TIEMPO ORDINARIO (9-6-2013) 
viernes, junio 7, 2013, 09:34 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 10º DEL TIEMPO ORDINARIO (9-6-2013)

1ª Lectura. Libro primero de los Reyes 17, 17-24. Tu hijo está vivo.

Salmo 29. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado.

2ª Lectura. Gálatas 1, 11-19. Dios tuvo a bien hacerme un mensajero entre los paganos.

Evangelio. Lucas 7, 11-17. Muchacho, a ti te lo digo, levántate.

Las lecturas de hoy nos hablan de un Dios que da la vida, que tiene compasión ante el sufrimiento y el dolor, y que resucita muertos.

La primera lectura nos habla de la viuda de Sarepta, territorio pagano; mujer hospitalaria con el profeta y que está a punto de perder a su hijo. El profeta tomó al niño del regazo de su madre, oró con insistencia y se lo devolvió sano. La madre viuda exclamó: “Ahora reconozco que eres un hombre de Dios y que la palabra del Señor en tu boca es verdad”.

En el evangelio, otra viuda, de Naín, va a enterrar a su único hijo que ha muerto. Le acompañaba mucha gente. Jesús salió a su encuentro, se conmovió y la consoló. Pero además de consolar, se acercó al muchacho que le llevaban en el ataúd y le dijo: “muchacho, a ti te lo digo, levántate”. Y Jesús, se lo entregó a su madre. Todos quedaron sobrecogidos y exclamaban: “Un gran profeta ha surgido entre nosotros y Dios ha visitado a su pueblo”.

Dios es poderoso y compasivo, se acerca en nuestros límites, y nos da la vida; además, nos la hace recobrar cuando la habíamos perdido.

La vida pertenece a Dios quien la entrega a cada ser humano, la cuida, la defiende, la devuelve…y, por la resurrección del Señor, la hace eterna.

En la segunda lectura vemos la resurrección que se ha operado en Pablo; ciego de fanatismo, con el corazón lleno de odio, se dedicó a perseguir a Cristo en los cristianos; pero cuando se encontró con Cristo y se convirtió, su vida cambió radicalmente y se comenzó a dar testimonio de todo lo que el Señor había hecho en él. Lo hizo un hombre nuevo.

Impresiona ver y oír, cada día en los medios de comunicación, lo que estamos haciendo con la vida: de los no nacidos, de los niños no cuidados convenientemente, de los pobres socialmente más amenazados, de los que consideramos que valen menos y de los rivales, de los ancianos terminales. Por fanatismos de ideas, por despecho en las relaciones, por ajustes de cuentas, por codicia, por pura crueldad y maldad, por desestructuración de personalidades de vidas vacías y trastornadas, por nulo respeta a la condición humana…se mata, se miente, se esconde, Se es impasible ante las víctimas y todo el dolor que provocan.

Hoy vemos a Jesús. Y cada uno de nosotros, y cada comunidad cristiana, y toda la Iglesia… tenemos que ser como el Señor. Sensibles y compasivos ante el dolor, no distantes, duros ni indiferentes. Los más fieles a Jesús son los cristianos que tienen entrañas y corazón de madre; no hay otra rebaja en el amor. Y actuar, como Elías, como Jesús. Interceder y tomar de la mano para devolver esperanza, para hacer posible la vida. Desde lo que somos y podemos.

Debemos anunciar el evangelio de la vida; ser testigos del valor sagrado de la vida humana, don de Dios, con nuestro comportamiento; educar para la vida y procurar su defensa desde las instituciones y la defensa de leyes justas y convenientes.

Una cultura que va contra la vida humana está acabada por el nulo valor moral de sus miembros y porque no tiene futuro.

Pero Dios ha visitado a su pueblo. Este es el mensaje central, Y él es el Señor y el dueño de la vida que viene para que la tengamos auténtica y en abundancia, ahora, siendo fieles al evangelio…y luego la vida eterna.

¡A vivir con autenticidad y fidelidad, y a trabajar por la vida de los demás!

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