Blog del párroco
DOMINGO 14º DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo C (7-7-2013) 
viernes, julio 5, 2013, 01:19 PM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 14º DEL TIEMPO ORDINARIO. Ciclo C (7-07-2013)

1ª Lectura. Isaías 66, 10-14c. Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz.

Salmo 65. Aclamad al Señor, tierra entera.

2ª Lectura. Gálatas 9, 14-18. Yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.

Evangelio. Lucas 10, 1-12.17-20. Vuestra paz descansará sobre ellos.

Hoy el evangelio nos habla de la misión de evangelizar a la que nos llama el Señor a todos los cristianos (los grupos de “72” expresan totalidad). Todos los cristianos debemos vivir en permanente estado de evangelizadores. San Pablo decía: “Ay de mi, si no anuncio el evangelio”. La evangelización debe llegar a todos los rincones del mundo.

Juan Pablo II, con motivo del comienzo del tercer milenio de Cristo, llamaba a la Iglesia a una nueva evangelización: con nuevos métodos, con nuevo ardor, con nueva expresión, para que nuestro lenguaje fuera inteligible y significativo para el hombre de hoy.

Es tarea y responsabilidad de todos y cada uno de los cristianos, no solamente de los consagrados, que el mensaje de Jesús llegue a todos y que los que se han alejado de él, lo reencuentren de nuevo y vuelvan a la comunión plena con la Iglesia.

El evangelio nos trae rasgos de cómo debemos evangelizar:

1. El Señor nos envía “delante de él”, para que preparemos el camino; lo importante es que hablemos de Jesús, se encuentren con él y no nos antepongamos a nosotros mismos.

2. Envía de “dos en dos”, para que evitemos personalismos e individualismos (somos enviados en nombre de la Iglesia), y tengamos el apoyo y la ayuda de la comunidad.

3. Primero hay que orar mucho, porque “la mies es abundante, los obreros pocos…” y difícil: “Os envío como corderos en medio de lobos”. La fuerza y la resistencia en la misión nos vienen de Dios.

4. Nos dice que no tengamos apoyos humanos, necesitemos seguridades, ni pretendamos éxitos ni provechos humanos: “no llevéis bastón, ni alforja, ni sandalias…”

5. Que estemos centrados en lo fundamental, sin distracciones: “no os detengáis a saludar…” No vamos a hacer amigos sino a hablar del amor de Dios y a anunciar a Jesucristo. Siempre en camino.

6. Que seamos mensajeros de paz, de reconciliación; “que se quede vuestra paz”. Unir, ayudar a que se encuentren y ayuden los hermanos. La experiencia de fraternidad ayuda a sentirse hijos de Dios. Curad, consolad, acompañar, ser instrumentos del perdón de Dios.

7. Valorad y agradeced la hospitalidad y la acogida. Permaneced, vivid la comunión.

8. Es dura la expresión del evangelio cuando habla del rechazo a la palabra de Dios: “sacudíos el polvo de las sandalias y marchaos”. De esta forma el evangelista nos insiste en la grave responsabilidad del que rechaza la Palabra porque rechaza al mensajero y a Dios mismo. Ahora vivimos muchas situaciones de gran frivolidad cuestionando o criticando doctrinas y costumbres de la Iglesia. No son cuestiones opinables sino verdades que se aceptan desde la fe y la confianza. Nosotros, con nuestra adhesión, nos beneficiamos al hacer nuestra la verdad de Dios. Estas posturas son expresión de poca formación, manifiestan la pérdida del sentido religioso y expresan incapacidad de valorar la gratuidad.

9. Finalmente el evangelio nos habla de la alegría del evangelizador a pesar de las dificultades, sufrimientos y posibles fracasos. Pero no es una alegría por el esfuerzo o el éxito humano, por lo que hemos conseguido, sino porque nuestros “nombres están inscritos en el cielo”.

El buen ejemplo, la honradez y profesionalidad en el trabajo, la oración de intercesión, el ejercicio de la caridad y la proposición explícita, de manera adecuada y oportuna de la fe. Todo son tareas del cristiano en misión.

Comentarios