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QUINTO DOMINGO DE PASCUA. Ciclo A. 18-5-2014 
viernes, mayo 16, 2014, 06:29 PM - Comentarios a las Lecturas
QUINTO DOMINGO DE PASCUA. Ciclo A. 18-5-2014.

1ª Lectura. Hechos de los Apóstoles 6, 1-7. Escogieron a siete hombres llenos de espíritu santo.

Salmo 32. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos en ti

2ª Lectura.1ª de Pedro 2, 4-9. Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real.

Evangelio. Juan 14, 1-12. Yo soy el camino, y la verdad y la vida.

El evangelio, estos últimos domingos del tiempo pascual, nos cuenta cosas que dijo Jesús a los apóstoles preparándoles, para que comprendieran su marcha y supieran vivir sin Él. Les anima a que no tengan miedo y no pierdan la paz; les dice y nos dice, que vuelve junto al Padre y que va a prepararnos sitio.

¡Qué mensaje tan esperanzador para nosotros y para tantas personas que no han tenido ningún sitio en este mundo, por pobreza, exclusión, soledad, fracasos…! “Me voy a prepararos sitio”. En la casa del Padre hay sitio para todos. Tenemos un lugar y alguien que nos espera y acoge en el corazón de Dios. Por tanto, debemos respetar en este mundo, el lugar que corresponde a cada hermano y procurar que todas las personas sean valoradas y consideradas en su dignidad. El mundo actual ofrece un espectáculo caótico: las guerras civiles, los emigrantes que no llegan y los inmigrantes que viven en condiciones inhumanas, los pobres sin trabajo ni esperanza, los que viven en las calles… ¡cuántas personas sin sitio, sin lugar físico y sin afecto, porque no están en el corazón de nadie! Jesús nos dice que en Él y en el Padre, siempre tendremos un lugar especial.

Y nos indica el camino. “El es el Camino, la Verdad y la Vida”. Jesús es Camino de ida y vuelta. Viene del Padre y nos conduce al Padre. En la vida lo importante es que encontremos y recorramos caminos que nos conduzcan a alguna parte, no caminos que terminen en un precipicio o que no tengan ninguna salida. Jesús, su persona, su palabra, su vida desde los más pequeños detalles…son el camino.

Muchas personas se trazan sus propios proyectos, unas veces sin criterios, otras desde convicciones aparentemente exitosas pero que no conducen a ninguna parte; actualmente presenciamos que muchos caminos conducen a la cárcel, pasando por la vergüenza de empobrecer o arruinar injustamente la vida de otros; otros caminos conducen a la soledad, al resentimiento, a la desestructuración personal, a la desgracia de otras personas. ¡Jesús es un camino tan sencillo, tan claro, tan liberador…! Es el camino que nos muestra la Verdad de Dios y del hombre. El ser humano llega a su plenitud cuando ama como Cristo, vive desde los intereses de Cristo, respeta a las personas y a la creación como Cristo, responde al mal como Cristo…cuando vive y es como Cristo. Por eso en Él está la auténtica vida aquí y Él nos conduce a la vida eterna. Jesús nos muestra la profunda verdad de lo que es ser hombre y de los sentimientos y criterios de Dios. “Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre”.

La segunda lectura nos habla, de la realidad de la Iglesia, somos un pueblo de consagrados, propiedad de Dios; somos un pueblo sacerdotal, podemos hacer de nuestra vida una ofrenda agradable a Dios. San Juan Crisóstomo decía que cuando un cristiano da un vaso de agua para remediar la sed de un necesitado, es como si ofreciera un cáliz de amor a Dios Padre desde el altar del pobre. Somos una nación edificada sobre la piedra angular que es Jesucristo. Roca firme, no “dura”, como la intransigencia o la falta de sentimientos, sino con la firmeza de la fidelidad por encima de toda prueba.

En la primera lectura escuchamos cómo la Iglesia, desde el principio, se va configurando como una comunidad que sirve, atiende a la caridad y predica y testimonio la palabra.

La Iglesia va caminando con Cristo, Camino y compañero de camino, hacia el Padre. Quiere ser samaritana y hogar de misericordia para todos los hijos de Dios. Quiere tener un lugar para cada hijo que se sienta “solo y desamparado”. Quiere tener, como Cristo, una palabra de paz y de esperanza. “Que no tiemble vuestro corazón…”

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