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SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRISTI. Ciclo A. 22-06-2014 
viernes, junio 20, 2014, 10:16 AM - Comentarios a las Lecturas
SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI. Ciclo A. 22-06-2014.

1ª Lectura. Deuteronomio 8, 2-3. 14b-16a. Te alimentó con el maná que tú no conocías ni conocieron tus padres.

Salmo 147. Glorifica al Señor, Jerusalén.

2ª Lectura. 1ª a los Corintios. 10, 16-17. El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo.

Evangelio. Juan 6, 51-59. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida.

La fiesta de Corpus fue instituida en la Iglesia por Urbano IV en 1264. Nos remite a la institución de la Eucaristía por el Señor, la tarde de Jueves Santo, y subraya, por la solemne procesión de este día en todas las iglesias, la presencia real del Señor, en cuerpo, alma y divinidad, y el que debe ser adorado, valorado, reconocido. La comunidad cristiana, cuando celebra la Eucaristía, siente en ella la presencia del Señor Resucitado y vive el mandato de "darles vosotros de comer" que hace que nos ocupemos y preocupemos por compartir, ayudar y acoger a los necesitados como de nuestra familia.

El Concilio Vaticano II, en LG, nos dice que la eucaristía es fuente y culmen de la vida cristiana; que expresa , edifica y realiza la Iglesia. En cada eucaristía, el Señor resucitado, nos sale al camino y nos sienta a su mesa, para transformarnos en él, para que su vida sea nuestra fuerza y volvamos, a las tareas de cada día con una energía y con una ilusión nueva.

Caritas, este día, celebra el día nacional de Caridad, nos invita a que vivamos sencillamente para que otros puedan vivir y nos dice que la eucaristía nos debe urgir a construir espacios de esperanza.

Caritas es la institución de la Iglesia que, de manera organizada y en nombre de todos, intenta responder con mayor eficacia, a los problemas de pobreza que se dan en todos los tiempos y especialmente en este, por el paro que afecta a tantas personas y familias, y por los muchos emigrantes que viven entre nosotros sin trabajo, sin presente y sin futuro, y que no quieren regresar a sus países de origen por los problemas que tienen allí.

La primera lectura nos habla del "maná" alimento divino que el Señor regalaba en el desierto cada día a los israelitas. Es el "pan que Dios les da", les permite caminar en libertad hacia la tierra prometida; recogen cada día el que necesitan para que confíen el la providencia de Dios y eviten la codicia. La Eucaristía a los cristianos nos invita a "no olvidar las acciones del Señor, ni las realizadas con Israel ni en Cristo. Hacer memoria, la eucaristía es "memorial".

Pablo en la segunda lectura nos dice que participar en la eucaristía es participar en la vida del Señor. Comulgar al Señor es exigencia de comunión con él, con sus mandamientos, y con los hermanos. "Sois el cuerpo de Cristo". Somos uno con él. Y no se puede romper esta comunión, no puede haber divisiones, ni partidismos ni rivalidades, sino solamente vivir la fraternidad. En la comunión sacramental Cristo nos tiene que transformar en él para que vivamos como él.

Juan en el evangelio nos recuerda que en la Eucaristía tenemos a la misma persona que se entregó por nosotros en la cruz, que resucitó y que vive con y entre nosotros. La Eucaristía es alimento de resurrección, el cuerpo y la sangre de Cristo llevan a la vida eterna. En el sacramento, a nosotros todavía peregrinos, se nos adelanta la vida del Señor resucitado.

Ante la Eucaristía solamente es posible la contemplación, la acción de gracias al considerar un amor tan grande y el compromiso de fraternidad (unidad, perdón...) y de caridad (generosidad, austeridad para compartir...) Para sentarse a la mesa del Señor hay que ser pobre y amar a los pobres. Es la mesa del Reino y este es el signo.

La Eucaristía nos urge a vivir con profundidad nuestra condición humana y cristiana y es prenda de la vida futura.


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