Blog del párroco
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA. Ciclo B. 22-2-2015 
viernes, febrero 20, 2015, 03:11 PM - Comentarios a las Lecturas
PRIMER DOMINGO DE CUARESMA. Ciclo B. 22-2-2015.

1ª Lectura. Génesis 9,8-15. Pacto de Dios con Noé, liberado de las aguas del diluvio.

Salmo 24. Tus sendas, Señor, son misericordia y lealtad, para los que guardad tu alianza.

2ª Lectura. De la primera carta de San Pedro 3, 18-22. Aquello fue un símbolo del bautismo que actualmente os salva.

Evangelio. Marcos 1, 12-15. Era tentado por Satanás y los ángeles le servían.

A lo largo de los cinco domingos de Cuaresma, la meditación de la Palabra de Dios nos ayudará a revisar la fe y la vida. Esta catequesis está orientada a la Pascua donde celebraremos el misterio de Cristo y renovaremos nuestro bautismo.

Hoy las lecturas nos hablan del pecado y de la respuesta amorosa de Dios. En tiempo de Noé había mucho desorden, pecado y perversión y Dios quiso comenzar una nueva creación con el diluvio, e hizo un pacto con los seres humanos de que no volvería a ocurrir, con un signo, el arco iris.

Pedro en la segunda lectura interpreta el diluvio como prefiguración del bautismo: en las aguas somos sepultados y resurgimos a una vida nueva en Cristo.

El evangelio nos presenta al Señor que vence al tentador y ofrece una nueva y definitiva alianza, con otra visión de la vida y del mundo: el Reino de Dios.

El relato de las tentaciones en San Marcos es muy breve. Jesús es presentado por Juan el Bautista como el Mesías, y por Dios como a su propio Hijo quien nos bautizará con el Espíritu Santo.

El Espíritu conduce a Jesús al desierto, lugar de tentación y prueba (los cuarenta años de Israel) pero también lugar de silencio, escucha y encuentro amoroso. Jesús superó las pruebas que en su día no venció Israel, y nos alienta a vencerlas.

Jesús fue tentado otras muchas veces a lo largo de su vida. La principal la tentación fue quererle separar de la voluntad de Dios. La tentación siempre conduce a abandonar la voluntad del Padre y a apartarse de su proyecto de amor; también nos puede sumir en la crisis de dudar del sentido de la propia vida, cuando lo que se experimentan son sufrimientos y fracasos.

Con Jesús irrumpe en el mundo el proyecto de Dios; la invitación de Jesús es a formar parte de él. Tentaciones tendremos muchas, unas procederán de la pereza, del amor propio, de la falta de generosidad o de sacrificio, del miedo…

Necesitamos la oración para ver, comprender, recuperar fuerzas; necesitamos la luz interior, fruto de la oración para no estar perdidos entre tantas sugerencias de la vida que nos desvían y nos llevan a la deriva. La llamada a la conversión es a cambiar, a buscar la dirección adecuada; y la invitación al ayuno, a no soltar el freno que nos libra de caídas y “accidentes”. No debemos apartarnos del plan de Dios y vivir solamente desde nosotros mismos. Entregarnos a lo que Dios nos pide y servir a los hermanos es nuestra principal limosna.

¿Cómo percibimos la presencia del Señor en las situaciones difíciles? Nosotros, como Jesús, podemos con su ayuda vencer al tentador y resurgir a la vida nueva de bautizados.

Fiel cuaresma.

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