sábado, enero 5, 2013, 01:15 AM - Comentarios a las Lecturas
EPIFANIA DEL SEÑOR (6-1-2013) 1ª Lectura. Isaías 60, 1-6. La gloria del Señor amanece sobre ti.
Salmo 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.
2ª Lectura. Efesios 3, 2-6. Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos.
Evangelio. Mateo 2, 1-12. Hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo.
En la fiesta de la Epifanía del Señor celebramos que el nacimiento de Jesús es buena noticia para todos los hombres, para todos los pueblos de la tierra. Los Magos hacen presente la universalidad de la salvación: Cristo ha nacido para ser el salvador de todos. Isaías en la primera lectura nos dice “caminarán los pueblos a tu luz…tus hijos vienen de lejos”; y Pablo en la carta a los efesios nos insiste en que todos los hombres y mujeres de la tierra somos herederos de la misma salvación.
En la antigüedad se creía que cuando nacía alguien muy importante aparecía una nueva estrella; también aparece con el nacimiento del Señor, el Hijo de Dios.
Los Magos, unos sabios de oriente, saben descubrir la estrella en la distancia y en medio de la noche y su deseo de conocer la verdad les lleva a ponerse en camino para reconocerlo y adorarlo. Se postrarán ante el Niño cuando lo encuentren y le ofrecerán sus regalos: oro, incienso y mirra, reconociendo su realeza, su divinidad y su humanidad.
Herodes y los suyos, los que están más cerca y conocen la Escritura, no ven la estrella y no saben interpretar el signo ni la profecía; están ciegos de vanidad, de violencia, de codicia, y por eso, la noticia del nacimiento del Señor les llena de inquietud y desconfianza y lo consideran como algo amenazante.
Los magos son ejemplo para todas las personas de buena voluntad que buscan la verdad: no cansarse de caminar en la noche con perseverancia, ser humildes en el reconocimiento y generosos con los propios dones; después de reconocer al Niño, hay que “volver” a la vida ordinaria por otro camino, huyendo y apartando de nuestro corazón todo lo que significa Herodes de maldad, codicia y violencia; el que sabe reconocer al Niño no puede vivir desde los criterios que lo sostenían anteriormente.
Esta fiesta se ha convertido en una celebración de mucha ilusión y alegría para niños y mayores, amenazada de perder su sentido religioso con peligro de contaminarse por el materialismo de los regalos; los magos, desde el siglo octavo, Melchor, Gaspar y Baltasar, nos siguen trayendo regalos y haciendo que se cumplan muchos sueños.
Para nosotros el gran regalo es Jesucristo y la vida de fe.
Hay mas gozo en dar que en recibir. El verdadero regalo es “darse”.
Reconocer el don que es la vida y el cariño de los demás es un motivo de gran alegría.
No olvidar que Jesucristo es la luz que disipa toda oscuridad en las noches de la vida. Siempre hay que acudir a Él, a su palabra, al silencio de su presencia.
Tenemos la misión de ser estrellas que llevemos a los demás, con nuestra palabra y ejemplo, a Jesucristo.
Vivamos la universalidad de la fe.
El corazón del cristiano es universal (frente a racismos, fanatismos, particularismos); generoso y comprometido (ofrece lo que es y lo que tiene); inquieto (en búsqueda permanente, sin anquilosarse) y muy humilde y religioso.
Que la luz radiante de este Niño nos haga pequeñas estrellas que en la noche del mundo pongamos sentido, orientación y alegría en los ambientes en que nos movamos.
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