Blog del párroco
FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR (9 de enero de 2011) 
viernes, enero 7, 2011, 06:29 AM - Comentarios a las Lecturas
FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR (9 de enero 2011)

1ª Lectura. Isaías 42,1-7: Mirad a mi siervo a quien prefiero.

Salmo 28. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

2ª Lectura. Hechos de los Apóstoles 10, 34-38. Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu Santo.

Evangelio. Mateo 3, 13-17. Apenas se bautizó Jesús, vió que el Espíritu de Dios bajaba sobre él.

Hoy acaba el ciclo de Navidad.
Nos sorprende que hace tres días contemplábamos a Jesús adorado por los magos, y hoy ya adulto, contemplamos su bautismo a punto de comenzar su ministerio. Y es que la liturgia cristiana no narra una historia sino que celebra el misterio de Jesucristo.
Su bautismo también es manifestación, epifanía. Hoy Cristo es presentado. Nos lo presenta el Padre: “este es mi Hijo el amado, el predilecto”.
Pedro, en la segunda lectura, en casa de Cornelio, nos resume en una frase el estilo de vida de Jesús y la razón del mismo: “Ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, pasó haciendo el bien…porque Dios estaba con él”.
Isaías en la primera lectura nos hablará del Mesías como aquel” a quien el Espíritu de Dios impulsa a luchar por el derecho y la justicia”. Actuará con suavidad y con firmeza en su anuncio y misión de liberación “no gritará, no clamará, no voceará por las calles…el pabilo vacilante no lo apagará.”

Hoy le contemplamos en su comunión intima con el Padre por el don del Espíritu, el es el hijo de Dios, y vemos el estilo de su mesianismo. En la cola de los pecadores, se hunde en el agua del pecado y de la muerte y se levanta como Hijo de Dios a una vida nueva. Es lo mismo que ha hecho en la encarnación y que hará en la cruz-resurrección, bajar a lo más hondo para redimir desde lo más profundo a toda la realidad.

El bautismo en el Jordán nos recuerda el paso del mar Rojo, presentando a Jesús como el protagonista de un nuevo éxodo y evoca también el último escollo para que el pueblo de Israel, conducido por Josué, entre en la tierra prometida, la tierra que mana leche y miel.

Jesús es el hijo amado del Padre. Esta experiencia le llevará a abandonarse en las manos del Padre y a cumplir en todo su voluntad.
El nos libera del mal y del pecado, que generan esclavitud, y nos introducirá en la patria definitiva. Quienes hemos sido bautizados hemos sido incorporados a El: su camino, su estilo, su misión, su vida y su destino son los nuestros.

¿Cómo vivimos nuestra condición de bautizados?
También nosotros debemos tener una relación intensa con el Padre, sentirnos hijos y participar de la misión de Jesucristo: vivir haciendo el bien, valorar el derecho y la justicia, aliviar los corazones desgarrados, hacerlo con suavidad y firmeza.

Hoy es día de renovar nuestro bautismo y de vivir con gratitud nuestra condición de hijos de Dios con todas las consecuencias. Es mucho mas que una tradición el hecho de ser bautizados: participamos de la misma vida de Dio y de la misión de Jesucristo.


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EPIFANIA DEL SEÑOR (6 de enero de 2011) 
lunes, enero 3, 2011, 08:35 AM - Comentarios a las Lecturas
EPIFANIA DEL SEÑOR (6 de enero de 2011)

En la Iglesia de Oriente y Occidente, el símbolo de esta fiesta es la luz.
La revelación definitiva de Dios en Jesucristo es descrita como el despuntar de la aurora en medio de la historia.
Cristo es la estrella radiante de la mañana que nos guía en la vida.
Esta celebración nos invita a contemplar en Jesucristo la gloria de Dios,
a profundizar en la fe y
a postrarnos en actitud de adoración ante Dios que nos salva.

1ª Lectura. Isaías 60, 1-6. La gloria del Señor amanece sobre ti

Salmo 71. Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

2ª Lectura. Efesios 3, 2-6. Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos.

Evangelio. Mateo 2, 1-12. Venimos de Oriente para adorar al Rey.

“Queridos míos, celebremos con gozo espiritual el día de nuestras primicias, en que comenzó la salvación a los paganos.
La docilidad de los Magos a la estrella nos invita a imitar su obediencia, y a hacernos así, en la medida de nuestras posibilidades, servidores de esa gracia que llama a todos los hombres a Cristo.
Animados por este celo, debéis aplicaros, queridos míos, a seros útiles los unos a los otros, a fin de que brilléis como hijos de la luz en el Reino de Dios, al cual se llega gracias a la fe recta y a las buenas costumbres”.
Del tercer sermón sobre la Epifanía de San León Magno.

Estamos de fiesta. Es la Epifanía, la manifestación del Señor a todos los pueblos. El Nacimiento del Señor no fue para unos pocos, vino a ser la luz del mundo.

Es la fiesta de los Magos, de aquellos hombres que descubrieron en la noche una estrella que les manifestaba que había nacido alguien importante, y, con sus regalos, se pusieron en camino. Es un día de mucha alegría, de mucha ilusión especialmente para los niños, porque recordando al Niño y a los Magos, nos hacemos regalos, como expresión de afecto y signo de agradecimiento.

San Mateo, en el evangelio, nos relata una historia preciosa.
Su primera intención es presentarnos a Jesús, y lo hace con dos datos muy importantes en aquella cultura; nos dice de qué familia era, de la de David, y dónde había nacido, en Belén de Judea; familia y pueblo ilustres de donde esperaban viniera el Mesías.

Inmediatamente aparecen las dos actitudes posibles ante el Mesías: la acogida o el rechazo. A Jesús le acogieron, desde el silencio, José y María; con mucha generosidad los pastores y unos extranjeros de oriente, serían paganos, que guiados por una estrella, le ofrecieron sus presentes, oro, incienso y mirra, y se postraron ante Él.
El rechazo al Niño está representado por Jerusalén y el rey Herodes, los representantes oficiales del judaísmo, conocedores de las escrituras, que ni le reconocen ni se ponen en camino.

Una vez más, los sencillos y los que proceden del paganismo, saben descubrir la estrella y buscan la interpretación de la Escritura hasta que descubren al Señor.
Los magos son un ejemplo para los creyentes, porque son personas inquietas que buscan y saben mirar hacia arriba, descubrir la estrella en medio de la noche, ponerse en camino superando los obstáculos, ofrecer lo que son y lo que tienen y postrarse en adoración. En Jerusalén perdieron la estrella, pero ni se dejaron abatir por la oscuridad ni se dejaron deslumbrar por la luz de la comodidad y los atractivos de la vida; siguieron el camino con esfuerzo y esperanza.
“Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría”, la alegría de creer, de sentirnos siempre guiados por la luz que es Jesucristo.

¡Cuanta falta hace que el Señor brille en muchos corazones de hermanos nuestros que viven sumidos en el sin-sentido, en la incredulidad, en la desorientación, en el dolor! El Señor no nos libra de la cruz, pero nos da luz y fuerza para aceptarla y esperanza para seguir caminando.

No podemos perder de vista la “estrella”, la fe y el amor que nos lleva a Jesucristo. Pero además, debemos ser luz que ayude a otros a descubrir o a reencontrar, si lo han perdido, el camino que conduce al Señor y a postrarse ante Él, que es la actitud donde todo ser humano recupera su propia grandeza.


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SEGUNDO DOMINGO DE NAVIDAD (2 de enero de 2011) 
domingo, enero 2, 2011, 08:18 AM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO SEGUNDO DESPUES DE NAVIDAD
(2 de enero de 2011)

1ª Lectura. Eclesiástico. 24,1-4.12-16.La sabiduría habita en medio del pueblo elegido.

Salmo 147. La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

2ª Lectura. Efesios 1, 3-6.15-18. Nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos por Jesucristo.

Evangelio. Juan 1,1-18. La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros.

En la Navidad contemplamos a Dios en nuestra historia, no nos habla desde lejos sino que se hace nuestro compañero de camino, se hace hombre en Jesucristo.
Al ofrecernos la salvación, no nos saca de nuestro propio ambiente, nos salva como hombres y en nuestra historia; nos salva en Jesús. Él es el Dios de la historia, el Dios del mundo: la Palabra se hace carne, pone su tienda entre nosotros y nos acompaña en el camino de la vida mediante la luz y la vida que comunica.
Pero tenemos que aceptarlo, acogerlo y dejarnos transformar por Él .

En la primera lectura, la Sabiduría viene de Dios, tiene su morada en las alturas, sale de su trono y se establece en medio de su pueblo. Inspirándose en este pasaje, el prólogo del evangelio de Juan nos habla de la historia de la Palabra, que es Jesús antes de nacer de la Virgen María. Ya estaba junto a Dios, es Dios y viene a habitar entre nosotros para que le acojamos y lleguemos a ser de verdad hijos suyos.

Hoy debemos meditar cómo le acogemos.
En la biblia aparece una sucesión de encuentros y desencuentros entre Dios y las personas, como también ocurre en nuestra historia personal. La última baza de Dios, su Palabra más clara, más definitiva más convincente es Jesucristo.

Su persona es el lugar donde puede darse una comunicación verdadera entre Dios y la humanidad. El puede acercarnos al Padre, porque solo Él ha visto al Padre. El puede traducir el lenguaje de Dios a nuestro lenguaje y hacernos comprender sus palabras con las nuestras.

Jesús es una palabra clara sencilla y humilde, como contemplamos de su nacimiento a su muerte.
Es una palabra comprometida con los pobres, con los débiles, con la verdad, como vemos en su vida entregada.
Es una palabra directa, concreta, que interpela e invita al cambio y al seguimiento, ante quien no nos podemos situar en plan teórico o con condiciones, con una vida cristiana rutinaria y sin sentido.
Es una palabra que procede del amor y que hay que acoger en silencio con la mente y con el corazón, no de manera superficial, precipitada, inconsciente, que nos mueve a ser cristianos con pasión, con entrega y con generosidad.

Quien sabe acoger a Jesucristo sabrá situarse junto al hermano, escucharlo, comprenderlo y acogerlo.

Cuando acogemos al Señor, él vive en nosotros, nos transforma y hará que nuestras obras sean palabras convincentes que puedan ser instrumento y mediación, por la misericordia de Dios, de que otros hermanos puedan llegar al conocimiento de Jesucristo. En este tiempo de tanta increencia no podemos contentarnos con mantener unas costumbres, unas tradiciones, unos ritos, unas ideas…tenemos que presentar a Jesucristo encarnado en el compromiso de nuestra propia vida. Debemos ser testigos de lo que Él puede hacer en nosotros cuando nos conducimos desde su luz y vivimos su misma vida.

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Actividades parroquiales. Enero - 2011 
viernes, diciembre 31, 2010, 10:31 AM - Avisos
ACTIVIDADES DEL MES DE ENERO DE 2011

Sábado 1: Santa María, Madre de Dios, día de precepto.
Domingo 2: 2º de Navidad
Miércoles 5: Misas de la fiesta de la Epifanía a las 17 y a las 20 horas.
Jueves 6: La Epifanía del Señor, día de precepto.
Domingo 9: Bautismo del Señor.
Lunes 10: Comienza la primera semana del Tiempo ordinario.
Martes 11: Retiro Espiritual a las 17 horas.
Miércoles 12: -Grupo de Caritas a las 17’30 horas.
-Grupo de jóvenes a las 20 horas
Jueves 13: Formación permanente a las 20’30 horas.
Domingo 16: 2º del Tiempo Ordinario.
Martes 18: Comienza el Octavario por la unión de los cristianos.
Jueves 20: Vida Ascendente a las 18 horas.
Sábado 22: San Vicente Diácono y Mártir, Patrono Principal de la Diócesis. Misas a las 12’30, a las 17 y a las 20 horas.
Domingo 23: 3º del Tiempo Ordinario
Martes 25: Conversión de San Pablo. Final del Octavario por la unión de
los cristianos.
Jueves 27: Curso sobre Espiritualidad y Liturgia a las 18 horas.
Domingo 30: 4º del Tiempo Ordinario.
Comienzan los domingos de San José.


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SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS (1 de enero de 2011) 
viernes, diciembre 31, 2010, 08:39 AM - Comentarios a las Lecturas
SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS
(1 de enero de 2011)

1ª Lectura. Números 6, 22-27. Invocaron mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré.

Salmo 66. El Señor tenga piedad y nos bendiga.

Gálatas 4, 4-7. Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer.

Evangelio. Lucas 2, 16-21.Encontraron a María, y a José y al Niño. Al cumplirse los ocho días le pusieron por nombre Jesús.

Hoy comienza el año nuevo, es la octava de Navidad, celebramos a la Virgen como Madre de Dios (la fiesta más antigua de María) y la jornada mundial de oración y reflexión por la paz.
En las calles: la fiesta, las felicitaciones, las celebraciones de amigos…expresan el deseo de que el año nuevo nos traiga muchas cosas mejores. Estamos sufriendo la tremenda crisis económica y la falta de empleo que está originando situaciones límites en muchas personas y familias; los fracasos personales en distintos ámbitos, la desorientación de muchos jóvenes, las enfermedades…la separación de la Iglesia y el abandono de la fe de muchos creyentes.
Las lecturas de hoy están en consonancia con el anhelo de cosas buenas y nos hablan de bendición. La primera lectura expresa el deseo de Israel de que Dios proteja a su pueblo; el nunca se ha negado a la humanidad, pero el envío de su Hijo manifiesta su compromiso firme de estar siempre con nosotros y a favor nuestro. En el evangelio la bendición se hace carne con el nacimiento de Jesús, acogiéndola nosotros como lo hizo María y como lo hicieron los pastores.
María, con actitud de creyente, está cerca de su Hijo, guardando en su corazón las palabras y acciones que la superan, con la esperanza de comprenderlas mas tarde. Esta postura de serenidad y sabiduría solo puede adoptarse desde una total confianza.
Los pastores expresan el itinerario de la fe. Han escuchado el anuncio de los ángeles e inmediatamente van a Belén a ver lo que ha pasado; encuentran al niño y creen el mensaje trasmitido. Comunican lo recibido y se va extendiendo la reacción de sorpresa y admiración ante lo ocurrido. El encuentro con Jesús hace que tengan una fe misionera. La fe personal que llega a ser madura si se tiene la necesidad de compartirla, de anunciarla y de que otros también vivan esta experiencia liberadora.
Al Niño se le impone el Nombre y es circuncidado a los ocho días. Por el nombre se indica su misión:”Yahvé salva” y por la circuncisión entra en la cultura y en la religión judías.
Todos son propuestos como modelos de una fe viva: María, los pastores, Jesús, José. Jesús es el salvador del mundo, solamente acogiéndolo tendrá nuestra tierra paz.
Este año el lema de la jornada de la paz, propuesto por Benedicto XVI es “Libertad religiosa, camino para la paz”. Hay que trabajar para que desaparezcan toda clase de persecuciones, discriminaciones, actos de violencia o de intolerancia religiosa. Busquemos construir la paz siempre. “La dignidad trascendente de la persona, gracias a la razón, puede ser reconocida por todos. El ser humano debe buscar su propia verdad que le ayude a acercarse a su plenitud”

Está claro que nos desbordan los problemas de la paz a nivel internacional, pero es mucho lo que podemos hacer en nuestras familias y en nuestras ambientes.

El año nuevo es un tiempo de gracia, con muchas oportunidades nuevas que el Señor nos regala.
Comencemos con propósitos concretos y realizables, tengamos la ilusión de poner el esfuerzo necesario para que todo sea un poco mejor en nuestra vida y en nuestro entorno.
María y los pastores nos enseñan vivir desde las exigencias de nuestra fe.

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