jueves, octubre 7, 2010, 08:51 AM -
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EL TITULO DE NTRA. SRA. DEL REMEDIO
Y ALGUNOS APUNTES DE HISTORIA
A la Virgen María la veneramos en la Iglesia con muchos títulos o advocaciones. Unas veces para distinguir unos santuarios de otros (Agres, Montserrat…); otras, para expresar las gracias que el Señor le ha otorgado (Inmaculada Concepción…); otras, para describir lo que María significa para los cristianos (Remedio, Amparo…).
Hasta el siglo XII las imágenes de la Virgen no tenían un nombre especial; fueron las ordenes religiosas quienes se lo fueron dando, distinguiéndose así unas familias religiosas de otras (los dominicos, la Virgen del Rosario; los trinitarios, la Virgen del Remedio, los capuchinos, la Divina Aurora…) favoreciendo, posteriormente estas advocaciones, con las instituciones que cada orden religiosa creaba y sus distintas devociones.
La advocación con la que nosotros llamamos y distinguimos a la Virgen es “Remedio”, que significa medicina, medio de curar, la que restablece la salud.
En las letanías la llamamos “Salud de los enfermos”; siempre el pueblo cristiano la ha invocado para que nos librase, nos remediase de enfermedades o de cualquier otro tipo de calamidades.
En el siglo XV ya lo expresó bellamente Juan de la Encina :” Pues que tú, Reina del cielo, tanto vales, da remedio a nuestros males”.
Los gozos que se cantan en los distintos pueblos donde se la venera con esta advocación la presentan como total y universal remediadora:
“De todo mortal dolor, sois remedio celestial,
porque el médico eternal, nada niega a vuestro amor”.
“Del remedio, con razón, todo el mundo os apellida,
A vos Madre de la vida, vida alivio y redención.
Por vos en la Encarnación, ganamos la libertad.
Remediadnos Virgen Madre, en toda necesidad”
“Virgen santa del Remedio, por tu gran misericordia,
por tu Hijo soberano, que nos alcancéis la gloria”
El Remedio que nos ofrece es Jesucristo para que consigamos la verdadera curación que es la gloria eterna.
El título de “Remedio” ya parece que existía en el siglo XIV. Son muchos los estudios de imágenes y cofradías muy antiguas que lo atestiguan.
En la difusión de este título ha tenido especial influencia la orden de los trinitarios, especialmente a partir de la batalla de Lepanto (1571). La asumieron como patrona de la orden y predicaron y difundieron su devoción y culto por muchos lugares, especialmente en la provincia de Aragón, teniéndola como Madre y Patrona en la casa de Valencia y en toda la Provincia religiosa. Fijaron su fiesta el 7 de octubre o el segundo domingo del mismo mes.
La imagen de la Virgen luce en su pecho la cruz trinitaria, roja y azul, y ofrece con la mano derecha el escapulario trinitario. Cuando aparecen en la iconografía San Juan de Mata y San Félix de Valois, la Virgen ofrece a San Juan de Mata una bolsa con dinero para que pueda rescatar a presos.
Según trabajos de investigación del P. Bonifacio Porres Alonso, trinitario, en 1504 se funda el convento del Remedio en Valencia, en una ermita ya dedicada a esa advocación, junto al margen del río Turia. El plano del P. Tosca lo sitúa a la altura de las actuales calles Paseo de la Ciudadela-Dr. Fleming.
Derribada la primitiva ermita, Ramón de Moncada, obispo de Tarazona y canciller real, costeó la fábrica de un nuevo convento e iglesia inaugurada en 1516. Con la ayuda de la familia de los Moncadas y por los muchos privilegios que le concedieron los papas, este convento tuvo mucha importancia e influencia. En 1541 fue declarado cabeza de la provincia de Aragón y en 1571 se estableció en él un colegio de teología.
D. Juan de Austria, generalísimo de la escuadra cristiana, el día 7 de octubre de 1571, momentos antes de dar la batalla a los turcos en el golfo de Lepanto, y por indicación de D. Miguel de Moncada, virrey de Valencia y patrón del convento trinitario, invocó a la Virgen del Remedio. En agradecimiento por la victoria obtenida mandó al convento 200 doblas de oro y una riquísima aljuba turca, como trofeo.
Por este mismo motivo, el papa Gregorio XIII, el 3 de septiembre de 1575 concedió a su Iglesia jubileo perpetuo para el 7 de octubre.
La atribución de esta victoria a la Virgen del Remedio la hizo especialmente célebre e hizo que se instituyera en Valencia una cofradía y que aumentara su devoción.
La desamortización sufrida por la Iglesia en el siglo XIX llevó a la demolición del magnífico convento y a la desaparición en Valencia de la orden. Queda el colegio de las religiosas trinitarias, la calle de Trinitarios, donde primitivamente estuvo ubicado el convento y el nombre de la Virgen en el Pla o Llano del Remey o del Remedio, recordando el lugar donde estuvo el gran convento trinitario y donde se veneraba a la Santísima Virgen con este título.
Sobre este Llano, el 21 de noviembre de 1957, festividad de la Presentación de la Virgen en el templo, el entonces arzobispo de Valencia D. Marcelino Olaechea y Loizaga erigió nuestra muy querida parroquia, con gran alegría y extraordinaria colaboración y participación de todos los feligreses. La imagen de la Virgen, de Nassio Bayarri, por indicación del primer párroco D. Pascual Calafat, fue sufragada por casi la totalidad de las madres de la parroquia.
¡Feliz día de la titular! Solamente invocándola como “Remedio” nos situamos ante ella como débiles y necesitados, confiando en que nos siga dando a nosotros y a todos los que la invocan, la salud del cuerpo y la salvación del alma.