martes, diciembre 24, 2013, 05:47 AM - Comentarios a las Lecturas
NATIVIDAD DEL SEÑOR. Ciclo A. 24-12-2013. Misa de medianoche.1ª Lectura. Isaías 9, 2-7. Un hijo se nos ha dado.
Salmo 95. Hoy nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor.
2ª Lectura. De la carta de Pablo a Tito 2, 11-14. Ha aparecido la gracia de Dios a todos los hombres.
Evangelio. Lucas 2, 1-14. Hoy os ha nacido un Salvador.
Esta noche resuena la mejor noticia que podemos escuchar: “Hoy nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”.
“Hoy”, cada día, siempre, desde la primera Navidad: Jesús, quien entró en nuestra historia y en nuestra carne, es nuestro Salvador. Y le tenemos también que dejar entrar en nuestra vida.
“Dejarle entrar”, es, como nos dice San Pablo, “renunciar a la vida sin religión y a los deseos mundanos y a llevar, ya desde ahora, una vida sobria, honrada y religiosa”. El se revistió de nuestra carne y nosotros nos debemos revestir de Él.
La vida “sin religión” es una vida sin respeto a Dios, donde se pierde el sentido de la dignidad del hombre, donde se reduce la felicidad a placer y se busca el éxito a cualquier precio; donde el centro de todo es uno mismo y nos incapacitamos para amar de verdad; donde se vive a merced de la “ley del deseo” siendo deformados por las más bajas pasiones.
La vida “sobria” es la vida sencilla centrada en la voluntad de Dios; “honrada”, es justa y coherente; y “religiosa”, cuando Dios es la meta y el referente de todo lo que somos y vivimos.
“Nos ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor”, pero… ¿le dejamos ser el nuestro?
Nochebuena es dejar que la luz de Dios alumbre nuestro interior. Ver, desde la verdad de Dios. Una luz que aumenta el gozo y la alegría y la hace superior a todas las riquezas y a todas las victorias; una alegría que es fruto de la paz, don de Dios.
Y el signo es un Niño envuelto en pañales y recostado en un pesebre. Un niño con unos padres asustados, que viven de la caridad de unos pastores, que experimenta, muy pronto la amenaza y el peligro de los poderosos.
El pueblo caminaba y camina en sombras de muerte si no se deja iluminar por el Niño. El ser humano, si no se deja conducir por el espíritu de Dios se puede convertir en un zombi sin rumbo, en un manipulador y maltratador de su hermano.
Estamos ante una crisis cultural, una de cuyas consecuencias es la crisis económica. La Navidad es la visita de Dios a los hombres: ¿qué hacéis? ¿Qué hacemos? Abramos nuestra vida a la verdad de la navidad: necesitamos recuperar todo lo que Dios nos ofrece para ser personas felices. El es el camino.
Y una atención especial a los niños; no les privemos de Dios y de su mensaje de Navidad estos días y siempre, que vayan entrando en la preciosa realidad de estos días. Ellos, que son tan generosos, necesitan ponerse ante este Niño, entender su mensaje de amor, llenarse de él y quererle corresponder. Solo los niños entienden el mensaje del amor, y Navidad está llena, la cristiana, del amor de Dios.
Descubrir su luz en nuestras noches, acercarnos con paz y confianza ante un Dios que solo es amor, agradecer, adorar, corresponder. Navidad, nacimiento de Dios. ¡Qué mal le va al mundo sin Dios! Y Dios, quiere ser, el salvador de todos los pueblos.
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