sábado, enero 21, 2012, 11:56 PM - Comentarios a las Lecturas
DOMINGO 3º DEL TIEMPO ORDINARIO (22 enero 2012)San Vicente Diácono y Mártir, Patrono Principal de la Diócesis de Valencia.
1ª Lectura. Jonás 3, 1-5.10. Los ninivitas se convirtieron de su mala vida.
Salmo 24. Señor, instrúyeme en tus sendas.
2ª Lectura. Primera a Corintios 7, 29-31. La apariencia de este mundo se termina.
Evangelio. Marcos 1, 14-20. Convertíos y creed la Buena Noticia.
Comenzamos a leer, en este ciclo B, el evangelio de San Marcos; es el primer evangelio que se pone por escrito, que recoge fuentes históricas muy antiguas sobre los hechos y las palabras de Jesús, presentado desde el principio como el Mesías de Dios. Es el evangelio más corto y sencillo en su expresión; comienza con la predicación del Bautista; en el principio sigue a Jesús mucha gente, admirada de sus milagros; poco a poco, desencantados por su mesianismo poco exitoso y poco aparente a nivel humano, le van dejando; Jesús tiene mucho cuidado no le interpreten como a un mesías con intenciones políticas y se centra en la formación de sus discípulos, del grupo de los Doce, en la misión de Pedro; en la segunda parte, Jesús sube hacia Jerusalén, entre muchas incomprensiones, hasta llegar a la Pascua, donde se expresa la fe en Jesús, Salvador e Hijo de Dios.
Este domingo viene en el centro del Octavario por la Unión de los cristianos. Somos pocos, y es un escándalo la división entre los creyentes en Cristo, Verdad plena en quien debemos encontrarnos. Debemos rezar por la unidad de los cristianos. La oración por la unidad nos urge a procurarla en nuestras actitudes personales y en los ambientes en los que nos movemos. Como nos recuerda Pablo, es “apremiante” el momento que vivimos, por la secularización del mundo, la falta de entusiasmo entre los cristianos, la crisis en la vida sacerdotal y consagrada. La unidad hay que procurarla, trabajarla y amarla.
También hoy las lecturas nos llaman a la conversión a todos, a forasteros, “ninivitas”, y a los más cercanos; Jesús llega hasta nuestro lugar de trabajo (nuestras barcas) y nos invita al seguimiento; es la llamada a una verdadera trasformación interior. Solamente así estaremos en condiciones de trabajar por la evangelización. El apostolado es obra de la gracia, pero podemos ser buenos instrumentos o herramientas que no sirvamos. Jesús nos dice “se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios, convertíos y creed en la Buena noticia”. ¡Cuántas veces hemos escuchado esta invitación! En cada etapa de nuestra vida ha tenido unas resonancias. Aceptar que estamos equivocados y procurar rectificar; salir de nuestras verdades, razones, fijaciones, seguridades… ver el dolor que podemos crear, el mal que podemos hacer. El seguimiento de Jesús nos urge a vivir con autenticidad, a actuar como él lo haría.
Que la celebración de la fiesta de San Vicente, diácono y mártir, y el testimonio de su fidelidad a Jesucristo, nos ayude a recordar el valor de nuestra fe y la exigencia de seguir trasmitiéndola. Siempre los cristianos hemos sufrido persecuciones, ya que el Evangelio juzga al mundo, que se rige desde otros valores e intereses. La fortaleza, la resistencia, la perseverancia… junto al servicio humilde y la misericordia, siempre han sido virtudes del discípulo.
Sin esta larga cadena de testigos del Señor no nos hubiera llegado la buena noticia del gran amor de Dios nuestro Padre, manifestado en Jesucristo, del glorioso destino al que somos llamados y del Evangelio de la vida, como proyecto de realización personal y camino de salvación.
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