jueves, agosto 20, 2015, 09:55 AM - Comentarios a las Lecturas
21º DOMINGO DE TIEMPO ORDINARIO. Ciclo B. 23-8-2015.Josué 24, 1-2ª. 15-17. 18b. Escoged a quien servir…Nosotros serviremos al Señor porque él es nuestro Dios.
Salmo 33. Gustad y ved que bueno es el Señor.
Efesios 5, 21-32. Guardaos mutuamente respeto en atención a Cristo.
Juan 6, 61-70. Señor, ¿a quién iremos? Tus palabras dan vida eterna.
Hoy acabamos el largo discurso de Jesús explicando el capítulo 6 de Juan, el discurso del pan de vida, que hemos ido reflexionando durante cuatro domingos. Y contemplamos las reacciones que han generado sus palabras, entre sus seguidores y entre los mismos discípulos.
Jesús no es un nuevo Moisés que les trae un pan “fácil” que les lleva a hartarse sin trabajo ni sacrificio. Jesús trae el pan de vida, es más, Jesús es el pan de vida. La unión con él es vida eterna.
Los que le escuchaban murmuraban y decían: “este modo de hablar es inaceptable ¿Quién puede hacerle caso?”. Tuvieron que optar entre seguirle o no, entre aceptarle o rechazarle. Y algunos comenzaron a separarse de él, creyentes y no creyentes.
Jesús no rebaja él misterio: aun tienen que ver cosas mayores. Tienen que ver al Hijo del Hombre volver a donde estaba.
El problema de rebajar el contenido de la fe, a lo razonablemente aceptable por la mayoría, es un problema que tenemos en la Iglesia. La fidelidad está en adherirnos a Cristo, a todo lo que él es, dice y supone. Así, San Juan, nos completa su visión sobre el Señor: es el Pan vivo bajado del cielo, enviado por el Padre, Pan ofrecido en la Cruz para vida del mundo y que retorna al Padre. Y sus palabras son espíritu y vida, y hay que entenderle en el sentido y contenido de lo que nos dice y de lo que él vive.
Pedro, como siempre, dará el testimonio de la fe: “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna”. Nosotros también tendremos que elegir si queremos a Dios o no le queremos, y a qué Dios queremos, al que adaptamos a nuestros gustos o al entregado y crucificado.
Hoy muchos se han separado de la Iglesia. Israel, en la primera lectura, dice:”Nosotros serviremos al Señor”. Los apóstoles, también se quedaron con él, aunque les resultó duro el discurso. Quedarse es aceptar a Cristo, su vida, su misión.
Todos vivimos situaciones en las que se pone a prueba nuestra fe: cuando actuamos desde los respetos humanos, o nos dejamos llevar por opiniones y posturas “buenistas” que responden a sensibilidades fáciles y de moda, pero que no son exigencia de nuestra fe en el Señor. La fe puede estar diluida, enmascarada, traicionada, olvidada, maquillada…Optar por Cristo es ser como Cristo aunque en ello nos vayan incomprensiones, dificultades…o la vida misma.
En la segunda lectura Pablo recomienda a los esposos y a toda la comunidad cristiana, el respeto y el amor. Es lo que hace Dios con todos nosotros. El que respeta, valora; y el que ama, se entrega.
( 1053 visualizaciones )