sábado, diciembre 8, 2012, 04:27 PM - Comentarios a las Lecturas
SEGUNTO DOMINGO DE ADVIENTO (9-12-2012)1ª Lectura. Baruc 5, 1-9. Dios mostrará su esplendor sobre ti.
Salmo 125. El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.
2ª Lectura. Filipenses 1, 4-11. Manteneos limpios e irreprochables para el día de Cristo.
Evangelio. Lucas 3, 1-6. Todos verán la salvación de Dios.
Hoy los profetas quieren levantar al pueblo de su sentimiento de fracaso, de cansancio, de tristeza…y anuncian que Dios va a venir, intervendrá y lo mejorará todo. El profeta Baruc invita a Jerusalén a revestirse con todo lo mejor que tiene, como una reina; Pablo en la carta a los Filipenses, a que tomemos conciencia de nuestra vocación cristiana, a que nos convirtamos creciendo en el amor.
El domingo pasado Jesús anunciaba la venida del Hijo del hombre y nos llamaba a vigilar y a esperar. Hoy el Bautista nos invita a convertirnos, a preparar el camino del Señor que viene.
El comienzo del evangelio de hoy tiene gran solemnidad, fechando y ubicando dónde se realiza el ministerio de Juan y el de Jesús: “El año quince del emperador Tiberio…vino la palabra a Juan en el desierto…y fue por toda la región…” Juan y Jesús realizan su ministerio en medio del mundo, en la historia concreta de Israel, porque la salvación que trae Jesús se realiza en personas y en situaciones concretas.
Juan es el profeta que prepara el ministerio de Jesús; va delante de él y les recuerda que ya está en medio de ellos; deja claro que él no es el Mesías (dice que no es digno de desatar la correa de su sandalia); el solo es la voz (San Agustín dirá que Cristo es la Palabra) y su misión es preparar el camino, anunciando la conversión (cambiad, enderezad, allanad…)y mostrar a Cristo (“ese es el cordero de Dios…”) porque fue testigo de lo que aconteció en el Jordán.
La misión del Señor la tenemos que realizar en las situaciones concretas que vivimos, sufrimos y esperamos. Dios viene a nosotros en nuestro hoy más concreto y real. Dios viene a salvar al ser humano que ha perdido la esperanza por todos los problemas que sufre. El compromiso del cristiano se realiza junto a las personas desorientadas, pobres, enfermas, fracasadas…por los motivos que sean. Dios viene a este mundo.
No hay salvación real sin convertirnos a Cristo, sin abandonar vicios, malos hábitos y malas acciones. Hay que acoger su palabra y vivir el Evangelio: desandar lo equivocado, cambiar, rectificar…y reorientar la vida hacia el Señor.
Los cristianos, como el Bautista, debemos ser precursores que indiquemos al Mesías, apóstoles que planteemos la fe a gente muy cercana a nosotros y que, por los motivos que sea, han dejado la práctica religiosa y viven alejados de Jesús y del evangelio.
El Bautista fue un hombre integro, austero, valiente, fiel al Señor. Como los buenos profetas, ni se predican a sí mismos ni son falsos maestros que distorsionen la doctrina: predican la verdad de Dios.
Hoy, como siempre, hacen falta testigos. Testigos auténticos y coherentes. Hemos fracasado centrando la vida en falsas esperanzas, escuchando palabras vacías e interesadas, recorriendo caminos que no conducen más que al propio fracaso. Jesucristo no es la solución para la otra vida, es el salvador de esta vida y de este mundo, y su Reino ya comienza aquí
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A preparar los caminos del Señor. El vendrá a nosotros, pero…nos encontraremos nosotros con Él?.
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