Blog del párroco
Llegar a ser padres, reto y compromiso. 
jueves, mayo 27, 2010, 11:13 PM - Otros
LLEGAR A SER PADRES: una meta siempre a alcanzar

Tener un hijo biológico no es llegar a ser padres, igual que adquirir un piano no hace pianista a su dueño.
Los padres deben inculcar valores y ayudar a construir la personalidad de los hijos; hay que saber sincronizar, sembrar y construir. Es ilustrativo el ejemplo del arco y la flecha: los padres pueden tensar el arco, indicando dirección e impulsando fuerza, pero la flecha es el niño, que es quien sigue el camino.
A veces, con buena voluntad, para evitarles molestias y sufrimientos, queremos enseñarles los atajos de la vida; pero ellos, para aprender, tienen que recorrer su propio camino, y muchas veces, tropezar y rectificar.
En la actitud de los padres, por un exceso de protección, que es una forma de entender mal el amor, se pueden correr algunos peligros: el ser demasiado permisivos o el marcar excesivamente los límites, llegando a un cierto autoritarismo.
Los límites deben estar bien planteados, razonados (no ordeno y mando)
y que claramente se vea que proceden del amor y no del capricho o la desconfianza de los padres. No se trata solo de corregir conductas (martillear con “eso no lo hagas”) porque se puede generar resentimiento y se empuja a la falta de confianza.
Hay que evitar la amenaza, el chantaje (te compraré…), el sarcasmo…porque hiere. En la educación hay que trasmitir seguridad, amor y generosidad. Hay que hacer feliz.
Es importante cuidar el tono. Bajar la voz, es la forma mas eficaz de corregir, controlándose el que corrige y subrayando que es importante lo que quiere comunicar, no se quiere imponer.
Hay que priorizar, para dejar claro lo realmente importante. Ser muy generosos con lo pequeño, que marca las propias peculiaridades, y que cada persona tiene derecho a elegir.
Y breve, para que no desconecten ni se cansen.
La forma de interrumpir una mala conducta puede ser el castigo, que siempre debe ser razonable y merecido. Si el mal es “a conciencia” el castigo debe ser inmediato.
El castigo puede ser, suprimir privilegios, algún trabajo complementario, darle tiempo para que razone… Nunca hay que insultar, humillar, ni infundir miedo.
Los hijos son alguien muy importante, que marcan la continuidad del ser humano: “creced y multiplicaos”.
Enseñar a los hijos es un arte que hay que aprender: cómo trasmitir valores, cómo crear conductas, canales, para que llegue la señal. Si no hay comunicación no hay señal, onda ni conexión.
A los hijos lo primero hay que entenderlos. Un niño, un adolescente o un joven aún no está maduro, no se le puede tratar como a un adulto.
Los padres necesitan mucha paciencia para no olvidar, que son personas en proceso..No se puede reprender si se está nervioso. Todo debe proceder del amor y debe hacerse y decirse desde el amor.
Y nunca se deja de ser padres. Acompañamos y nos acompañan.
Los hijos son un estímulo de coherencia permanente, base de la autoridad, y el deseo de comprenderlos y acompañarlos es una exigencia de formación continua personal.
Ser buenos padres es el acto mayor de generosidad.

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